1914-2014 Cien años de Meditaciones del Quijote y del nacimiento de Julián Marías
Apertura del Congreso "1914-2014".
Sede de la Fundación Cruz Campo en Sevilla.
Señoras y señores:
Es un placer darles la bienvenida en el día de hoy, al Congreso “1914-2014,
Cien años de “Meditaciones del Quijote” y del nacimiento de Julián Marías.
Ayer día 2 a las ocho de la tarde tuvo lugar su apertura, cuya presentación fue oficiada en la sede de la Fundación Cruzcampo por su Presidente D. Julio Cuesta.
La conferencia del Prof. Manuel Ángel Medel nos deleitó por su profundo conocimiento de la vida y obra de Ortega, Ayala y Marías.
Posteriormente disfrutamos de un exquisito aperitivo elaborado y servido por la Escuela de Hostelería Gambrinus, acompañado de la tradicional cerveza de la casa, todo ello dentro una amena e informal tertulia.
Hoy ya con un poco mas de tiempo el Dr. Manuel Carmona Rodríguez y quien les habla Fernando Moreno, inspiradores y organizadores de este Congreso, queremos mostrar nuestro profundo agradecimiento a todas las personas y entidades que han hecho posible estos actos.
La Fundación la Caixa con su patrocinio ha colaborado generosamente en la aportación económica a un proyecto de esta envergadura. El Director Territorial de la Fundación D. Rafael Chueca Blasco nos recibió en su momento con exquisita cortesía en su sede de Sevilla y aprobó nuestro proyecto con entusiasmo. Es posible, nos anunció, que este Congreso sea presentado en otros Foros de La Caixa en distintas ciudades españolas y que sería cuestión de estudio.
También tuvimos ayer la satisfacción de tener entre nosotros a D. D. Rafael Herrador, Director Territorial de Caixa Bank en Andalucía Occidental. Gracias por su presencia y apoyo.
La Fundación Cruz Campo, como ya comentaba anteriormente, nos ha acogido en ese emblemático edificio construido en el 1939 -hoy sede cultural- de lo que en su día fue la fabrica de cerveza más importante de España. Los conocimientos filosóficos que su Presidente D. Julio Cuesta atesora, nos hicieron muy fácil explicar lo que este congreso significa, su apoyo fue inmediato. Nuestro profundo agradecimiento.
Segundo día de Congreso "1914-2014"
Paraninfo de la Universidad de Sevilla
Doña Alicia Clavijo Calvo de la Universidad de Sevilla y responsable de gestiones en el Paraninfo, a petición de nuestro querido Profesor Manuel Ángel Vázquez Medel, nos ha facilitado este hermoso espacio de tantos y tan variados acontecimientos históricos, y que merece nuestro agradecimiento.
Finalmente mañana, continuaremos con este ciclo de conferencias y clausura, en otro emblemático edifico de nuestra ciudad, el Excmo. Ateneo de Sevilla, que en su dilatada historia desde su fundación en 1887 por D. Manuel Sales Ferrer, ha sido testigo de lo más florido de la cultura, de este país. Una muestra de su valor histórico fue la celebración del tercer centenario de la muerte de Góngora, inspirada por la famosa generación del 1927, que todos tenemos en la memoria.
Que mañana disfrutemos de esa hermosa sede también ha sido posible gracias a la generosa complicidad del Profesor Manuel Ángel Vázquez Medel y el Presidente del Ateneo D. Alberto Máximo Pérez Calero, del que tendremos el honor de escuchar unas palabras de bienvenida.
Tercer día de Congreso "1914-2014"
Excmo Ateneo de Sevilla
Queridos Profesores y Conferenciantes, aquí me faltan las palabras para expresar en el nombre de Manuel Carmona y mio como organizadores de este congreso, nuestro profundo agradecimiento por su generosa e incondicional presencia. Ustedes venidos de fuera de España y de muchas otras ciudades de nuestro País, por supuesto también a los ilustres Profesores de nuestra ciudad, Ustedes digo, son los verdaderos protagonistas y artífices de estos actos, les agradecemos plenamente su entrega y a partir de este momento formarán parte viva en nuestro recuerdo.
También es justo nombrar y agradecer la importante aportación en cuestiones administrativas que mis hijas Raquel y Diana han realizado así como mi actual compañera de viaje Eva, que entre otras actividades ha configurado y diseñado los carteles y trípticos con el apoyo del artista y tío de Manuel, D. Pedro Rodríguez Expósito.
Se preguntarán alguno de ustedes y con razón, porque se esta celebrando un Congreso de tres días, en tres sedes distintas, yo les diré como Ortega que las “circunstancias” mandan, y lo que parecía un inconveniente al final se ha convertido en algo muy hermoso.
Permítanme también, les comente muy brevemente el origen y los motivos de este congreso. Se gestó en la mente de dos personas sencillas, autónomas, no vinculadas profesionalmente a ninguna entidad estatal o privada, a mediados del año pasado. Somos dos personas de distintas generaciones, con edades de treinta y cinco años de diferencia, (como también lo fueron Ortega y Marías), pero con una pasión común, la filosofía y dentro de ella, la vida y obra de los dos mencionados filósofos.
Y aquí entra de nuevo la gran visión de Ortega cuando en el Curso “En torno a Galileo” habla sobre el tema generacional, diferenciando entre “contemporaneidad y “coetaneidad” contemporáneos y coetáneos.
Habla Ortega de las tensiones que se originan en las distintas generaciones y que son las causas precisamente de que la vida siga su curso de evolución y progreso. Para Ortega estas tensiones son positivas, y en este laboratorio que es la vida, he tenido la ocasión de vivir y comprobarlo personalmente, trabajando al lado de mi joven amigo Manuel Carmona en dos temas bien distintos en el transcurso de estos ocho últimos meses. En ellos, hemos escrito un libro y organizado un Congreso de filosofía. Todo ha sido gracias a las positivas tensiones de las que habla Ortega cuando coinciden distintas generaciones. Bendita coincidencia.
Pues bien, mi joven amigo el Dr. en Ciencias de la Comunicación Manuel Carmona Rodríguez y quien les habla, espoleados por esa imparable fuerza que es la ilusión, sin pensarlo dos veces, se lanzaron a una aventura que hoy es una bellísima realidad.
El Congreso titulado 1914 - 2014, Cien años de Meditaciones del Quijote y del nacimiento de Julián Marías, nació en nuestras mentes uno de los múltiples días que semanalmente nos reunimos Manuel Carmona y yo para trabajar en otro proyecto común. Casi sin darnos cuenta terminábamos hablando o citando a Ortega y Marías, llevados por ese encanto que estos dos maestros han suscitado en nuestras vidas. Siempre estamos buscando apoyarnos en sus enseñanzas y conductas para dar solidez a nuestros propios pensamientos, y pensar así que aquello que nos proponemos nos lleva por el camino correcto.
Estas conversaciones nos llevaron a comentar casi de una manera obligada, la bendita coincidencia de la publicación del primer libro de Ortega “Meditaciones del Quijote” y el nacimiento de Julián Marías en el mismo año 1914. Lo de bendita coincidencia es una frase hecha para testimoniar más firmemente un acontecimiento, y es que efectivamente en el transcurso de los años lo que fue una coincidencia se transformó en un vínculo personal de maestro y discípulo, llegando de una manera natural a consolidarse una profunda amistad que solo se rompió con la muerte de Ortega en el 1955.
Este pensamiento ya no nos abandonó, al contrario, cada semana cobraba más cuerpo en nuestras mentes y también nos infundía mas respeto lo que nos proponíamos, que no era otra cosa que honrar la memoria dentro de nuestras posibilidades de nuestros dos admirados pensadores y hombres de bien, y fomentar en lo posible sus enseñanzas. Hoy estamos ante ustedes para hacer realidad un sueño.
No me corresponde en este momento analizar la obra filosófica de Ortega y Marías, que tendréis el placer de escuchar con muchísimo fundamento a continuación en las palabras de quienes fueron sus discípulos mas allegados y amigos, conviviendo con ellos horas inolvidables.
Pero sí me van a permitir que les comente muy brevemente algunas de sus facetas más humanas y que sin ningún lugar a dudas hayan influido en mi vida y mi actitud en muchas ocasiones de la misma.
En la sala del Ateneo de Sevilla los
conferenciantes del Congreso.
Ortega fue un hombre que amaba profundamente a España, por eso sufría y luchaba con todas sus fuerzas por cambiar su estructura pueblerina y como en una ocasión dijo “agarbanzada”. De su formación filosófica, cultural y social recogida ávidamente en sus prolongadas estancias fuera de España especialmente en Alemania, surgió un sueño que le mostraba una simbiosis de lo alemán y lo español que daría ese personaje que España necesitaba y que tanto echaba de menos.
Un sueño semejante -y mucho más humilde- nacido en el transcurso de mis veinte años en Alemania me ha acompañado también en mi regreso a España.
Sobre el libro “Meditaciones del Quijote” se hablará ampliamente en el transcurso de estos días, permítanme no obstante comente muy someramente el gran impacto emocional que sentí la primera vez que tuve el libro en mis manos y “tropecé” nunca mejor dicho con la conocida frase de “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo.”
Tenia yo por aquel entonces 26 años y las “circunstancias” adversas de mi País a principio de los 60 me desplazaron a Zúrich, donde ¡siendo el mismo! pude encontrar otras “circunstancias” mas positivas que permitieron crear mi propia identidad. Nunca agradeceré lo suficiente a Ortega que escribiera “Meditaciones del Quijote”.
Otra faceta de Ortega alejada de la filosofía y también menos conocida, fue su efímero salto a la política, y no se si estaré en lo cierto, pero pienso que Ortega se deslizó en ese mundo, que no era el suyo, para no tener que avergonzarse siendo un intelectual de prestigio, quedarse al margen de lo que acontecía o no acontecía en su país. Esto que según mi criterio es lo que deben hacer aquellas personas que por su capacidad intelectual, moral y prestigio son ejemplares en cualquier sociedad, también hoy debieran salir a la vida publica y mostrarnos caminos mas rectos de los que hoy seguimos. No es este el caso actual y lo siento profundamente.
Permítanme mencione como ejemplo de compromiso ciudadano de Ortega, el manifiesto aparecido en el periódico “El Sol” el 1º de Febrero de 1931, anunciando el movimiento político denominado “Agrupación al Servicio de la Republica” firmado por Gregorio Marañón, Ramón Pérez de Ayala y el propio José Ortega y Gasset.
Quien se pare a leer este manifiesto, pocos peros le puede poner sean cuales sean sus afinidades políticas, siempre por supuesto que estas tengan sentimientos democráticos y deseos de convivencia pacifica. Un pequeño ejemplo de lo que anunciaba Ortega en el manifiesto es lo siguiente:
«Cuando la historia de un pueblo fluye dentro de su normalidad cotidiana, parece lícito que cada cual viva atento sólo a su oficio y entregado a su vocación. Pero cuando llegan tiempos de crisis profunda, en que, rota o caduca toda normalidad, van a decidirse los nuevos destinos nacionales, es obligatorio para todos salir de su profesión y ponerse sin reservas al servicio de la necesidad pública.»
Hoy, 83 años después, que se dice pronto, y dadas las circunstancias que vive nuestro país, debiéramos tener muy presente este documento histórico.
Pero volviendo a Ortega, siempre que leo sus escritos o repaso algo ya conocido (esto es necesario hacer dada la magnitud de su obra), presiento su gran humanismo, su gran atención en todo lo que dice y se relaciona con la vida, hacia todo aquello que le afecta y condiciona al hombre, hacia el concepto orteguiano de “razón vital” que es en definitiva “la vida como realidad radical”. Fue un gran filósofo, que preguntado en una ocasión a su discípulo predilecto y amigo, Julián Marías “cual seria el libro y el filósofo mas importante del Siglo XX” contestó sin vacilar –el libro “Sein und Zeit” (Ser y Tiempo) de Heidegger y el filosofo José Ortega y Gasset.
Se puede estar o no de acuerdo con la opinión de Marías, pero lo que es indudable que antes de Ortega en España apenas existía la tradición filosófica, y hoy día con su legado y el de todos aquellos que continuaron su obra y la ampliaron, como son el propio Marías, Morente, Gaos, Zambrano, Lledó, Rodríguez Huescar, Zubiri -Aranguren, Ferrater Mora, Carpintero, Sacristán, Harold Raley y seguro que muchos mas que inconscientemente omito, así como las nuevas generaciones de jóvenes filósofos y científicos, se ha conseguido dar a las Ciencias Naturales y del Espíritu en España, un protagonismo internacional muy significativo, pese a quien pese.
A Julián Marías lo siento incluso más cercano que a su maestro Ortega, por varias razones, la más importante es el ejemplo que nos ha dado de integridad moral, defensor a ultranza de sus ideales y hombre más dado al perdón que a la venganza. Él mismo nos cuenta que, acompañado de su hermano siendo niños, juraron decir siempre la verdad y vaya si lo cumplió, a pesar de los inconvenientes que esta noble actitud le ocasionó. Sintió en sus carnes el dolor de la traición y la calumnia que le llevaron a la cárcel, sin que por ello quedase resquebrajada su identidad y ganas de vivir.
El ejemplo de Sócrates, como el de muchos otros en el transcurrir de la Historia, viene ineludible a mi mente, también traicionado y encarcelado, aunque afortunadamente en el caso de Marías el final no fue el mismo, fue puesto en libertad y le permitió vivir largos años (aunque acompañado ya para siempre de la angustia por la perdida de su querida mujer Lolita) digo, tuvo una larga vida para bien de su familia y para dejarnos un legado filosófico de tal magnitud, que los años venideros descubrirán por completo.
La obra filosófica de Marías desde su temprana “Historia de la Filosofía” a los 27 años, su “Antropología Metafísica” en 1970 y sus tres volúmenes de “Una vida presente - Memorias” en 1988, son algunos de los testimonios de este gran filósofo y hombre ejemplar que en este año 2014 cumpliría 100 años y que hoy nosotros rendimos sentido homenaje.
Finalmente pienso que es nuestra obligación honrar y recordar a Ortega y Marías, pero también leerles y releerles constantemente, sus páginas que nos ayudaran a despejar el oscuro camino de la ignorancia, causa de la mayoría de nuestros males.
Muchas gracias.
Fernando Moreno Bardón
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