Viajando por España III


La historia de la decadencia de una nación
es la historia de una vasta desintegración.

José Ortega y Gasset
España Invertebrada- 1921



En mi último relato, se me quedo en el tintero algo que por lo apasionado del debate, os quiero narrar tal y como lo escuché en casa de Fina y Guinea, sin tomar como es lógico partido ni opinar sobre algo que desconozco.

Hice un simple y sincero comentario, de lo que ya supone para mi “el pueblo de Villager”, y date señor mío, que Félix saltó como un resorte diciendo que Villager no era en si un pueblo, sino un conjunto de barrios que de una manera u otra se fueron uniendo hasta completar lo que hoy, y para mí, es Villager de Laciana.

Lo curioso del caso, es que todos los comensales estaban de acuerdo con esta opinión, y así me fueron narrando los distintos barrios, no por el orden que a continuación lo escribo, sino como buenamente pude anotar. Estos son los nombres de los barrios, aunque quizás fuesen alguno más: Meneza, Pitufos, El Centro, La Panadería, El Postoiro, Barrio La Cantina, La Cruz, La Corona, La Zapatería, y los Castañales.

Aquí tenéis algo para la polémica que tanto gusta por esas tierras, y pediría quien fuese docto en la materia, confirmase o desmintiese esta teoría, para poder afianzar en mi mente, estos nuevos conocimientos.

Sábado 26

Después de desayunar, y con un tiempo espléndido, sol, con temperaturas en los veinte grados, nos encaminamos a compartir el día entre Ponferrada y la zona Arqueológica Las Médulas, lugar esperado con impaciencia por mi amiga Eva.

Personalmente, Ponferrada me parece una ciudad dinámica, con una gran proyección futura que se puede observar en sus plazas, monumentos, museos, comercios; limpia y muy cuidada, completamente distinta a la que conocí a mis 23 años, cuando con un muestrario de productos de cosmética, de una Firma francesa, me permitió con sus comisiones, recorrer pueblo a pueblo las regiones de León, Asturias y Galicia durante tres meses.

Este positivo cambio se debe principalmente a la minería del carbón, y por lo tanto a los recursos que genera, y que bien distribuidos como supongo han sido, ha cambiado a esta ciudad del lamentable estado que tenía cuando la conocí, al esplendido del que hoy goza.

La extracción del carbón, como cualquier otra actividad que tenga repercusiones en la salud del ser humano, o en el deterioro del medio ambiente, ha de ser tratada con el máximo rigor y conocimiento, es decir, teniendo presente por encima de los beneficios económicos tan necesarios, no dañar, o cuando menos, restituir los deterioros físicos o medio ambientales que se produzcan.

La medicina y las condiciones de trabajo de los mineros, han paliado en parte los terribles sufrimientos de estas esforzadas personas y hoy se jubilan más jóvenes y más sanos. Desgraciadamente no podemos decir lo mismo de las heridas causadas a nuestros montes por las “explotaciones al descubierto” especialmente para carbón. Si como sabemos esta modalidad es mucho más rentable que la de perforar profundas galerías, también debiera ser de obligado cumplimiento por parte de las compañías mineras y los dirigentes políticos de turno, obligar de una manera rigurosa a restituir las zonas afectadas, sino en su totalidad, si en gran parte su estado anterior.

Defiendo la minería, defiendo la técnica en general (incluyendo las centrales nucleares) que nos hace la vida más llevadera, y como técnico se, que esto es posible. Si no se hace, es por ambición, falta de coraje, falta de conocimientos o las tres cosas juntas.

El Castillo de los Templarios de Ponferrada, cuyo origen data del Siglo XII, fue en sus comienzos una simple villa cedida a los Templarios que la fortificaron de una manera rudimentaria, para fines principalmente militares. Con los años, con los siglos, Reyes y Grandes de España, entre luchas de poder más o menos dignas, fueron agrandando esta fortaleza, dándole la ultima pincelada los Reyes Católicos, construyendo una torre adosada a otra, preludio de las casas de hoy en día.

Desde esta ultima construcción allá por el siglo XV hasta finales del XX, el castillo decae y con él su historia.

Con una visión histórica digna de alabanza, la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Ponferrada en el 1994, impulsan el gran proyecto de restaurar y levantar las ruinas del Castillo. Hoy es el orgullo de Ponferrada, y por lo tanto también el nuestro. Buen ejemplo de donde deben de ir a parar nuestros impuestos.

De Ponferrada y sus alrededores se puede hablar mucho y bien, pero me vais a permitir que os comente algo de otro lugar y tema bien distinto.

En la denominada “Casa de los Escudos” casona del siglo XVIII, se encuentra un singular museo denominado” Museo de la Radio” cuyo promotor ha sido Luís del Olmo, hombre vinculado toda su vida a la radio, y director del conocido programa “Protagonistas”, y también, como comentaba en otra crónica, Hijo Predilecto de Ponferrada.

La colección de aparatos de radio de todas las épocas, puede hacer feliz a cualquier aficionado del tema, pero yo quedé fascinado de la forma audio visual, que en paneles bien definidos se refleja la historia de un país desde el año 1920 hasta nuestros días.

Cientos de los personajes más relevantes de nuestra historia contemporánea, estaban hablándote como si se dirigiesen a ti, con sus gestos y voces, sus pensamientos y arengas, sus sueños, sus miedos, estaban ahí, a tu lado, te hacían creer que tu también pertenecías a esa época. No podía separarme del panel, donde Ortega y Gasset, en imagen y voz, daba una de sus conferencias magistrales. A continuación, la apasionada voz de Gaudí, comentaba el porqué de su magna obra La Sagrada Familia, sus peticiones de ayuda para su continuación y el porqué de este sueño místico.

Perdí un poco la noción del tiempo, y desperté cuando un tenue toque en el hombro, me condujo con una sonrisa al año 2009. Si tenéis la ocasión de percibir esta experiencia no dejéis de hacerlo, es única.

Comentarios

Paco Cerezal ha dicho que…
En cuanto al debate sobre la teoría de que Villager había surgido como una especie de federación de barrios, he de decirte que, en absoluto. En primer lugar, ninguno de los participantes en el debate era nacido en Villager y, menos aún, estudiosos del tema. En consecuencia, poco o nada podían aportar al conocimiento del origen de Villager. Félix, nacido en Riaño, llegó a Villager después de contraer matrimonio con una chica del pueblo -una rica heredera, pero como dicen los ingleses “That is another story”, a la que conoció en León cuando estudiaban en la capital y, naturalmente, sobre el origen del pueblo, ni idea; Guinea -apodo que lleva por haber nacido en ese país africano- llegó a Villager con sus padres cuando Macías expulsó a los españoles de aquel país en el que Manolo Guinea padre, con mucho trabajo y no pocos sacrificios, había conseguido crear una empresa que, por cierto, tuvo que abandonar y huir con su familia a uña de caballo, saltando por una ventana de la parte posterior de la casa para no ser degollados, como les sucedió a tantos otros españoles. Como verás, no es difícil imaginar lo que Guinea hijo conoce sobre el origen de Villager, pues cuando llegó al pueblo tenía ya 16 años y poco después empezó a trabajar en la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), empresa que explotaba la extracción del carbón. Su padre -fallecido hace ya varios años-, nacido en Naviego (Asturias), había emigrado a Villager para trabajar en la mina. Más tarde, emigró a Guinea Ecuatorial donde consiguió crear su propia empresa hasta la llegada al poder de Macias; Fina, la esposa -hoy ya ex mujer- de Manolo Guinea hijo, es portuguesa y, sobre el origen de Villager, tres cuartos de lo mismo. Villager nació como tantos otros pueblos del Valle de Laciana. Siendo la ganadería, en aquel tiempo, el único medio de vida de la gente, aquellos pobladores fueron construyendo sus casas en las zonas con mejores pastos y condiciones para el ganado, y así se inició el pueblo. Los barrios se fueron creando a medida que aumentaba su población.
Años más tarde, cuando se empezó con la extracción del carbón, durante un periodo de tiempo, convivieron ambas economías, la ganadera y la minera, hasta que la minera desplazó totalmente a la ganadera. El carbón trajo consigo riqueza y muchos problemas. Dependiendo del cristal con que se mire, para la población, en mi opinión, más problemas que beneficios, aunque reconozco que mi opinión no es ni autorizada ni desinteresada, ya que, cuando aún era un niño, vi morir a mi padre de silicosis -muerte terrible- sin tan siquiera haber alcanzado los 50 años y dejando una familia en la penuria.
Volviendo al relato de tus viajes, he disfrutado leyéndolos como no puedes hacerte idea y, en algunos pasajes, hasta llegaba a imaginarme caminando a vuestro lado. Por momentos veía a la arqueóloga recorrer las Médulas escudriñando cada recoveco con mirada profesional. En otros pasajes, al hablar del Sil, recordaba cuando de chaval, en La Cueta, distante apenas 500 metros de su nacimiento, con el agua fría como el hielo, pero transparente y cristalina, me metía a pescar truchas. A su paso por Villablino, en el Sil, con el agua ya más templada por el sol, había un pozo llamado el Pozo Largo, que nos servía de piscina.
Para terminar, permíteme licencia para decirte, que los viajes de Cela a la Alcarria, comparados con tu viaje, se me antojan algo así como un paseo por el parque. En cuanto a la choferesa, qué decir… no creo que exista comparación, y conste que no lo digo por el color.
Un abrazo
Fernando Moreno Bardón ha dicho que…
De nuevo tenemos que agradecerte la lección de historia en este caso la de los orígenes de Villager, y los sucesos que se originaron cuando Macías llego al poder. Por cierto mis padres y un hermano también estuvieron en Guinea, aunque volvieron antes del desastre.
Estoy totalmente de acuerdo contigo amigo Paco, que la minería en nuestras montañas cambió totalmente la forma de vivir de sus habitantes, sus costumbres y valores y no siempre para bien. La tragedia de tu padre y en consecuencia de toda vuestra familia es un buen ejemplo.
La evolución de nuevas tecnologías y recursos, debieran estar siempre al servicio y bienestar del hombre y no en su contra. Estoy en estos momentos pensando en una novelita que leí en mi juventud, titulada “La aldea perdida” de Armando Palacios Valdés, que relata de una manera muy real y cruda, la evolución de la minería en Asturias. Estoy escribiendo esto totalmente de memoria y espero que no esté equivocado en el titulo o el autor.
Muy amable y muy de amigo la comparación de mis viajes con los de Cela, pero en lo que tienes toda la razón es en lo de la choferesa, la mía es “rubita y con ojos azules”, vamos una preciosidad.
Un abrazo.